Monitoreo y Biomonitoreo de plaguicidas: contaminación del agua, cáncer y malformaciones congénitas
Se describen estudios de los últimos diez años por el impacto de plaguicidas organoclorados de alto uso en agricultura y ganadería, en agua subterránea, agua de cenotes, aguas costeras, agua de pozos de distribución de agua potable y su bioacumulación en sangre de mujeres mayas con cáncer cervicouterino y en leche materna. Se muestra una caracterización del territorio kárstico de Yucatán altamente vulnerable a la contaminación del agua subterránea. Los estudios muestran altos niveles de plaguicidas en el agua y en el ser humano debido a la falta de regulación del uso de plaguicidas organoclorados (heptacloro, DDT, lindano, endosulfán, aldrín, dieldrín, endrín), así como a la falta de infraestructura para el saneamiento y potabilización el agua. Las tasas de prevalencia y mortalidad de enfermedades relacionadas a estos contaminantes son elevadas, por arriba de la media nacional en diversos cánceres y malformaciones congénitas en Yucatán. Algunos resultados muestran niveles de contaminación en agua de 10.86 ppm de δ-lindano, 5.23 ppm de γ-lindano, 6.53 ppm de α-lindano, 13.61 ppm de heptacloro. Un estudio de bioacumulación mostró altos niveles de plaquicidas en sangre de mujeres mayas con cáncer cervicouterino: 7.352 ppm de endosulfán I, 3.695 ppm de aldrín, 2.336 ppm de 4,4′ DDD, 1.434 ppm de heptacloro.
Este proceso socioambiental con impacto en las comunidades rurales con una baja percepción de riesgos a la salud, requiere de una intervención multidisciplinaria e intersectorial utilizando metodologías de investigación participativa para la preservación del agua, el ecosistema, la salud humana y de las diversas especies animales, así como iniciar amplias campañas para la prevención de enfermedades y un cambio hacia la agroecología.