Palestrante

HUGO ANTONIO RUIZ PIÑA

Obtuvo el grado de Maestro en Ciencias y Doctor en Biología por la Facultad de Ciencias de la UNAM, México. Profesor Investigador Titular “C” T.C. desde 1995 en el Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” de la Universidad Autónoma de Yucatán. Desarrolla principalmente la línea de investigación “Ecología y biología de mamíferos silvestres y su participación en la transmisión de enfermedades zoonóticas en el estado de Yucatán. Actualmente enfocado al desarrollo de investigaciones en el marco de Una Salud, usando como modelo animal a la zarigüeya.Actualmente es responsable del Laboratorio de Zoonosis y Otras Enfermedades Transmitidas por Vector. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel 1.

Propuesta de la zarigüeya Didelphis virginiana como especie centinela de contaminación ambiental

Las viviendas humanas cuentan con espacios para actividades recreativas, para el cultivo de plantas ornamentales y comestibles, tenencia de animales como mascotas o autoconsumo, e incluso como un lugar para almacenar diferentes materiales o productos de utilidad a mediano o largo plazo. En México, dicho espacio es denominado patio, traspatio o peridomicilio. Diversos estudios en la península de Yucatán han documentado problemas de salud en la población humana ligados, directa o indirectamente, con la estructura de los espacios domiciliares y peridomiciliares. Estos son principalmente de dos tipos: los problemas de salud ocasionados por enfermedades zoonóticas y los problemas de salud humana asociados con la salud ambiental y la contaminación. Por lo tanto, un aspecto relevante en la actualidad es abordar desde una perspectiva científica “de una salud” que considera la interacción de determinantes de la salud del medio ambiente, de los animales y los humanos. Las zarigüeyas son organismos particularmente sensibles a los cambios en el medioambiente, lo que las convierte en excelentes bioindicadores de la salud del ecosistema. Estos marsupiales son potencialmente capaces de reflejar los niveles de contaminación de su entorno, la calidad del hábitat y los desequilibrios ecológicos en una región. Su amplia distribución geográfica, sus elevadas tasas reproductivas, altas densidades poblacionales, excelente adaptación a los cambios derivados por actividades humanas y su hábito alimenticio generalista, permiten responder rápidamente a perturbaciones ambientales. Además, el exitoso establecimiento de sus poblaciones en el peridomicilio yucateco, longevidad y fácil monitoreo hacen de las zarigüeyas un modelo ideal para evaluar la evolución de las condiciones ambientales a lo largo del tiempo.